Muchas veces me pregunto ¿porqué me atrajo tanto la Patagonia? Debe ser porque mis abuelos maternos fueron pioneros en Comodoro Rivadavia... En el año 1915 mi abuelo HN, un ingeniero civil venido de Suecia, se instaló allí por razones de trabajo. Un año después llegaba en un barco mi abuela, IE, una joven enfermera alemana, que acompañaba a una familia que viajaba a la Argentina con un hijo enfermo.
Y se produjo en plena Patagonia: flechazo y casamiento. Y allí, en ese inhóspito lugar de principios del siglo veinte, nació y se crió mi madre hasta que, cuando cumplió 7 años, mis abuelos decidieron trasladarse a Buenos Aires en busca de una mejor educación para sus hijos.
Pienso que debe ser por eso, porque cuando a mis 15 años pude pisar esas tierras por primera vez, sentí una inexplicable atracción por esos maravillosos lugares difíciles de describir con palabras. Descubrí que era allí donde me sentía como en casa aunque era la primera vez en mi vida que cruzaba el Río Colorado.
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